viernes, 4 de julio de 2008

"HERMANO PRÓDIGO"

4-7-2008
Dice San Mateo en su capítulo 18:

15 “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve, amonéstale a solas entre tú y él. Si él te escucha, has ganado a tu hermano. 16 Pero si no escucha, toma aún contigo uno o dos, para que todo asunto conste según la boca de dos o tres testigos. 17 Y si él no les hace caso a ellos, dilo a la iglesia; y si no hace caso a la iglesia, tenlo por gentil y publicano.”

A tenor de esta cita, Juan Carlos, parece que puede considerarse como perdido. Yo me resisto a admitirlo, aunque vaya por mal camino. Desde ahora le voy a llamar “hermano pródigo”, y seguiré reprendiéndole, para lo cual necesito hacerle ver su mal comportamiento.
Volviendo al libro de Dª Ángela Loyer, cualquier persona que lo lea, saca unas conclusiones extraordinarias. Relata vivencias sobrenaturales, testimonios de muchas personas, y sobre todo y lo que más ha llamado la atención a la Iglesia, las innumerables conversiones. Esto sí que no se puede manipular, porque esto sólo es de Dios, y donde está Dios no puede estar el Demonio, luego las obras que salen de este árbol, al ser bueno, tienen que ser buenas.
¿Y qué ha hecho nuestro “hermano pródigo”?, ha desechado todo esto, pienso que ni lo ha leído, y sólo se le ocurre decir que Amparo y Julia han supervisado el libro y que hay muchas escenas de sangre.
Las dos cosas no son exactamente así.
En ninguna parte del libro dice que Amparo y Julia hayan supervisado el Libro, en todo caso hubiera sido alguna persona allegada a ellas, que tampoco fue así, sino que una vez publicado, una persona revisó por encima su contenido, pero no para dar fe de todo lo publicado, sino para poder distribuirlo, ya que su contenido se ajustaba lo más parecido a la realidad.
Nuestro “hermano pródigo”, no entiende de estigmatizaciones, ni se ha preocupado estudiarlas, porque si no, no hablaría con tanta ligereza. Si lo ha leído, que creo que no, que tiene a alguien que le está asesorando sobre Doctrina Católica, y no lo hace muy bien, debería decir todo lo que pone el libro: “Que a Amparo le sorprendió tanto este fenómeno, que no lo dijo a nadie, que lo llevó en secreto, y sólo, cuando le vinieron los estigmas en la Panadería, cuando fue a comprar el pan, delante de varias personas, es cuando se supo públicamente, y entonces el revuelo que se armó fue grande y acudían las personas a la casa donde ella estaba, deseosas de verla. Y ante esta situación, le cesan los estigmas. Jesús le dice que deberá pasar la pasión en la intimidad, y fijaros en algo importante, le dice que, “Siento desagrado, como cuando los mercaderes del Templo”.
¿Esto es punible? ¿Esto es criticable?
Tanto la familia de Amparo, como la de Julia tardaron tiempo en enterarse.
Julia dejó de trabajar para atender su casa, ya que aunque los hijos estaban en el colegio, pensaba que tenía que atender a Amparo.
Y lo más importante, todo esto sucedió antes de que se apareciera la Santísima Virgen a Luz Amparo, en el árbol de Prado Nuevo.
Son muchísimas las personas allegadas a Amparo que no han presenciado una estigmatización. Yo he hablado con algunas de ellas y así me lo han atestiguado. La estigmatización no es un espectáculo a presenciar como si fuera una actuación teatral, es un hecho sobrenatural, delicado e importante, pues el mismo Señor Jesucristo es quien la visita y le otorga ese privilegio.

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